Dolores Franco.
Nieves Gómez Álvarez
El antes del libro
Investigar sobre la obra de Julián Marías es desde luego fascinante. Cuando una se asoma a sus libros, encuentra no sólo una visión siempre lúcida e inteligente sobre el tema en cuestión, sino además, una filosofía plena a la altura de nuestro tiempo, realizada en español.
Con ocasión de un Congreso realizado este año en Sevilla, para celebrar el Centenario del nacimiento de Marías y el del libro Meditaciones del Quijote, de su maestro y amigo José Ortega y Gasset, explicaba lo que ha supuesto para mí realizar la primera tesis doctoral en su obra referida al tema, tan actual, de la mujer.
Ha sido a través de sus memorias, Una vida presente, como he podido descubrir una reflexión muy interesante sobre la mujer, que contrasta con las visiones excesivamente simplificadoras de nuestra circunstancia y con la tendencia a empobrecer las relaciones humanas.
En la obra de Marías encontré no sólo una profunda reflexión filosófica sobre la mujer, ese alguien corporal femenino, sino además una riqueza deslumbradora de puntos de vista y de aspectos sugerentes: desde la filosofía, la literatura, los viajes, el amor y las amistades, el cine, etc.
Y desde luego, que al investigar sobre el tema de la mujer en su obra, hay que destacar la innegable importancia de una de ellas: su mujer, Dolores Franco.
Ya durante la elaboración de la tesis decidí que mi siguiente libro sería sobre ella, por varias razones. La primera, una razón de pura justicia: sorprendentemente, no había demasiado escrito acerca de esta mujer admirable, estudiante en la Facultad de Filosofía en los años de la Edad de Plata de la Cultura española, discípula de Ortega, Morente, Gaos, Salinas, Montesinos y Dámaso Alonso. Por si eso fuera poco, también ha sido Lolita una traductora y profesora extraordinaria y, sobre todo, una persona entrañable.
Pero después había otra razón: el atractivo de su figura, por los difíciles años que vivió y por las decisiones que tuvo que ir tomando con Julián Marías. Sin ella, no se podría comprender gran parte de la obra del filósofo, su extraordinaria transparencia, su empatía con el lector. Marías contó en sus memorias que le leía a su mujer cada página que escribía y desde luego que esto explica la admirable calidad de página que tiene cada uno de sus escritos, sea un artículo de cine, un libro filosófico o un ensayo de viajes. Incluso tras la prematura muerte de Lolita, Marías siguió escribiendo primeramente para su mujer, porque tenía la conciencia de que eran libros que le eran debidos, que ella había estado esperando, de lo que quizás habían hablado antes de su separación física. ¡Y vaya libros! Mapa del mundo personal y Persona, La mujer en el siglo XX, La mujer y su sombra, La educación sentimental, La felicidad humana; Cervantes, clave española, El curso del tiempo, La fuerza de la razón, por citar algunos de ellos.
Y los cursos que dio, sobre todo en Madrid, que es un aspecto de su obra aún poco conocido, pues la Biblioteca Virtual Cervantes los ha empezado a publicar (en forma de audios) en este año de su Centenario. Algunos de ellos son bien significativos, pues muestran cómo Marías tenía la conciencia de estar habitado por su mujer, aún cuando ella ya no estaba en este mundo: “La novela como interpretación y expresión del amor” (curso 1991-1992), “Antepasados vivos”(1998-1999), donde trata sobre grandes escritores españoles, a los que ambos admiraban -los Machado, Azorín, Marañón, Unamuno, Baroja, Valle-Inclán, Menéndez Pidal-, y “Lirismo y prosaísmo en la vida personal y en la historia” (en el curso 1999-2000).
En uno de los numerosos eventos culturales madrileños, la Semana de la Ciencia (la de 2011), que tendrá lugar en unos días de nuevo, pude descubrir además el Archivo General de la UCM y gracias a su amable personal, encontrar la ficha de Dolores Franco y de otras compañeras que estudiaron allí y que fueron amigas de los Marías en los años de Universidad. Fue un aliciente más para escribir sobre ella, el ver su joven rostro de 19 años en aquella ficha de su Universidad, que es también la mía.
La elaboración
Lo más evidente fueron los textos del propio Marías sobre su mujer en Una vida presente, por supuesto, y los que tienen completa relación con su mujer, como La mujer en el siglo XX, La educación sentimental o La felicidad humana; pero también fue de gran interés para mí relacionar estos expresivos fragmentos con varios aspectos:
En ella encontré también el microfilm con la carta de Guillermo de Torre, desde Buenos Aires, que de una manera tan clara expresa el interés que había entre los escritores e hispanistas por esta obra, y la utilidad práctica de la obra en las clases de literatura española. La investigación, tan reciente, de Rocío Quintanilla, presentada en la UCM, muestra que esto sigue siendo cierto.
El después del libro: la sorpresa
Cuando alguien que trabaja en el Área de Humanidades en la Comunidad de Madrid me envió la convocatoria que hoy celebramos, pensé que era un acierto convocar un premio desde la Universidad con estas características: tomar posesión de mujeres españolas contemporáneas que hayan dado importancia tanto a la cultura como a la familia. Tomar posesión de su obra y conocer sus vidas para poder valorarlas. Pensé que este era el alvéolo adecuado para mi proyecto de libro. Me puse a ello, ya finalizada la defensa de la tesis doctoral, sobre todo porque era una trayectoria que venía de más atrás y pensé que le había llegado su momento.
Cervantes decía que el camino es siempre mejor que la posada, y efectivamente, para mí ha sido fascinante el proceso de adentrarme en la vida y en la obra de Dolores Franco.
Pero en este caso, la posada ha sido también una gran sorpresa, y más aún cuando la noticia del Premio me llegaba el 17 de junio pasado, el mismo día que Marías hubiese cumplido los 100 años. Esa misma jornada hubo una conmemoración del filósofo en el Centro Conde Duque, la presentación de un número especial de Cuenta y Razón, la Revista de cultura fundada y dirigida por el filósofo y ¡por fin! la colocación de una placa en Vallehermoso, 34, que dice así: En esta casa vivió desde 1959 hasta su muerte el filósofo Julián Marías (1914-2005) y en ella escribió gran parte de su obra. Esa casa donde el matrimonio Marías pasó tantos años difíciles pero felices.
Se trata además, en el caso de la Universidad de Navarra, de una posada honorable, donde ya se conoce y se investiga la obra de Marías. En el año 2000 Marcin Czajowski presentó aquí su tesis Dios en la filosofía de Julián Marías. Sé también de la tesis doctoral que actualmente prepara la profesora uruguaya Cecilia Soler sobre la cuestión de la condición sexuada, a la que le deseo un enorme éxito.