Harold Raley durante su ponencia, en el centro de la imagen presidiendo el acto en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla.
Manuel Carmona Rodríguez
Continuamos la serie de crónicas sobre el Congreso Internacional 1914-2014 Ortega y Marías con la segunda jornada celebrada en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla.
Comenzamos con la intervención de Fernando Moreno quien nos habló de su experiencia como ingeniero desde una visión humanística. Recordó lo que Ortega y Marías le han aportado a un hombre que se considera un obrero del metal y un amigo de las Letras. Para él no tiene sentido la bipolarización que se ha hecho de las ciencias, cuando todas son hechas por personas y debieran estar al servicio de éstas.
La empatía de Fernando Moreno con Harold Raley, discípulo de Ortega y Marías, traductor de la obra de ambos al inglés, continuador de la Escuela de la Razón Vital, maestro de las nuevas generaciones, y compañero generacional de Fernando Moreno, se mostró en la capacidad irónica del trato mutuo y de solidarizarse con los problemas intergeneracionales de nuestro tiempo. Frente a las actitudes y los comportamientos de otros ensimismados en sus mundos compartimentados, en sus vanidades y egolatrías, ellos muestran otra forma de caminar.
Como la que nos reflejó Nieves Gómez, con su mirada de Minerva versión siglo XXI, con la convicción de su voz que emanaba de la firmeza con que expresó cómo la mirada filosófica y vital de Julián Marías sobre la mujer ofrece una respuesta a los problemas de las relaciones hombre y mujer de nuestro tiempo.
Así hizo saber al público el error de seguir viendo el igualitarismo como el camino a seguir. Éste introduce violencia a las relaciones interpersonales, intergeneracionales y sociales, convirtiéndose en una lacra para los tiempos que vivimos. Como contrapartida, propuso, siguiendo a Marías, el equilibrio dinámico entre hombres y mujeres. Éste se sustenta en la posibilidad de tener los mismos derechos y oportunidades, pero sin caer en el error manifiesto de que ambos tengan que vivir de igual manera. Esto, como señalaba Nieves Gómez, está generando una violencia e injusticia ahora ya que la mujer está perdiendo su condición femenina y el hombre su condición masculina. Dos condiciones sobre las que no se había caído en la cuenta hasta el siglo XX cuando Ortega las esboza y Marías las comienza a desarrollar en su célebre Antropología metafísica y en su obra posterior La mujer en el siglo XX, La mujer y su sombra, Persona…
Como recalcó Nieves Gómez en esa diferencia radica la posibilidad real de completarse el hombre y la mujer que ofrece la filosofía de la razón vital de Marías.
Esto resulta sintomático, en una sociedad donde los compartimentos estancos están provocando desde la ignorancia y la maldad mensajes cotidianos potenciados por los grupos de interés y los medios de propaganda que tienden a enfrentar a hombres y mujeres –el tratamiento mediático, social y político que se da a los casos de violencia doméstica- y el no sacar a la luz los otros casos en los que las relaciones hombre y mujer se desarrollan por cauces de respeto, normalidad y comprensión mutua.
Cuando llegó el turno de palabra a Harold Raley, llegado desde Estados Unidos para ofrecer la visión occidental que encierra la filosofía de la Razón Vital; sentimos, pensamos y vivimos la sabiduría que ha acumulado a lo largo de su vida. Dos sabios en la mesa del Paraninfo a disposición de hombres y mujeres de tres generaciones que se sumaron con su atención, su interés, preguntas y reflexiones a una mañana y tarde que fue in crescendo. Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí estarán felices tras comprobar el compromiso y la calidad de esas minorías participantes como ponentes y público que acabaron completando más de la mitad del aforo en la tarde.
Raley, que nos recordó cómo llegó hasta Ortega y Marías, remarcó los intentos fallidos que otras corrientes filosóficas del siglo XX han provocado y cómo aún hoy siguen generando lacras. Apuntó con pleno conocimiento de causa vivido que la filosofía de la Razón Vital supone una inflexión filosófica por humana cuyos frutos veremos llegar en este siglo o, en el peor de los casos, en siglos venideros. Raley defendió el valor innegable que la verdad ofrece para aceptar las circunstancias personales, porque aquella implica la reabsorción concreta de la vida personal, de la vida auténtica.
Nieves Gómez durante su brillante disertación sobre la mujer a partir de la Filosofía de la Razón Vital en Marías y Ortega.
Raley ahondó en la necesidad de que esta filosofía prenda en suelo americano por ser de pura occidental. América, sobre todo la norteamericana que ha visto pasar ya varios cadáveres filosóficos en el último siglo, donde la vida financiera y económica es alentada por los intereses llevados a la praxis política y con el eco de los medios de propaganda.
América, sobre todo la del sur, que ha visto los injertos fallidos y remanidos del marxismo y sus derivas populistas en el último siglo.
Nuevamente vemos como la bipolaridad se manifiesta como una realidad del siglo XX y del siglo XXI.
Y en nuestro siglo en el que la existencia de las personas, de las generaciones y de los pueblos sigue caminando entre la vida y la muerte; esta segunda, como denunció Julián Marías se presenta como un problema aplazado de nuestro tiempo. El trivialismo presente en las relaciones intergeneracionales y sociales mayoritarias está intentado ocultar que cada uno y todos nosotros nos enfrentaremos a ella. Tanto a la muerte personal como a la muerte de los seres queridos. Y este fue el tema que con valentía, yendo de frente, asumió el Dr. Rafael Hidalgo, generando en algunos de los presentes el temblor que el asunto provoca. Mejor que tiemblen asumiéndolo, que renieguen a vivirlo. De seguir optando por esta vía, estarán viviendo de manera inauténtica y cuando llegue la muerte propia o del ser querido la vivirán con un miedo y dramatismo mayor. Ser cobarde, y nadie nace siéndolo, como tampoco siendo valiente, tiene consecuencias como esa.
Hidalgo adoptó un caso real, los exvotos dedicados al que fuera actor Paco Rabal. Tirando de hemeroteca para enmarcar el asunto y la figura de aquel, nos mostró desde la Razón Vital e Histórica cómo hay una estructura empírica y una estructura analítica en la vida que nos posibilitan entender la muerte, asimilarla y afrontarla con validez para personas, generaciones y pueblos que practiquen o no una religión, sean agnósticos o ateos. La vía está ahí, abierta, toca cogerla.
Durante el turno de palabra del público tras la disertación de Rafael Hidalgo sobre la muerte en el pensamiento de Marías.
Antes de regresar al señero escenario del Paraninfo de la Universidad de Sevilla, ponentes y varios asistentes disfrutaron del almuerzo en agradable tertulia. Otra de las realidades radicadas y circunstancias olvidadas con demasiada frecuencia hoy; si la pareja o la familia no se reúnen para comer y charlar de sus vidas entorno a la mesa, ¿qué vida y convivencia esperan? Eso ayuda a explicar la incomunicación entre parejas y familias de nuestro tiempo. Entre otros temas, ese fue el que nos glosó con sensibilidad y mirada sabia la Sra. Victoria Raley en la primera intervención de la tarde. De ello y de la jornada vespertina hablaremos en el próximo número.